La teoría es realmente irresistible: millones de personas a las que hacer llegar tus mensajes y tus productos.
Esto es lo que empuja a muchas marcas a subirse al trampolín y tirarse a la “piscina social” pensando en que tener mucha visibilidad y miles de seguidores son la “piedra filosofal” del éxito. La realidad es dura y el planchazo (siguiendo el símil de la piscina), todavía mayor. Las ventas no llegan, y los fans, solo interactúan a base de concursos y al final terminan por desaparecer.
Entonces ¿Cuáles son las palabras mágicas?, el “Ábrete Sésamo» de los para que esa cueva de Alí Babá llena de ventas y “éxito social” y cuya boca está sellada mágicamente se abra de par en par.
Está bien, os la diré, ¿la palabra mágica es….?
¡Transformación! o también me vale ¡Revolución! (aunque esta palabra a muchos les produce urticaria).
Transformación/Revolución de la empresa, de la forma de relacionarse, de colaborar, de trabajar y Transformación/Revolución para aprender a pedir ayuda, a ofrecerla, a relacionarse con proveedores o con otros compañeros del sector de un modo abierto.
Cuando esa Transformación/Revolución se produzca dentro de la empresa la “boca de la cueva” se abrirá y las ventas y los seguidores caerán por su propio peso.
Pero entonces ¿Por qué muchas empresas no logran la preciada Transformación/Revolución?
En #Socialholic libro de obligatoria lectura, publicado por los hermanos Polo de Territorio Creativo se citan una serie de puntos de vital importancia.
- La cultura de empresa. Elemento más complejo de cambio. Jefes acostumbrados a que poca gente discuta sus decisiones y a controlar la información y mandos intermedios y superiores que tratan de no perder su control que abortan proyectos.
- Los contenidos. Cada vez más exigentes. El resultado es que las personas implicadas necesiten más tiempo lo cual a veces no es posible.
- Las mediciones. No debe obsesionarnos limitar nuestras medidas a seguidores y comparación con nuestra competencia debemos medir como es nuestra relación con nuestro cliente. Calidad en vez de cantidad.
- ROI publicitario. El engagement aún no puede ser medido con indicadores creados ad hoc. Por su propia naturaleza de vínculos y nodos no puede ser tratado como un banner.
- Innovación. Para mí este punto es clave, la aversión de muchas personas al cambio, hacer las cosas de manera diferente es una de las mayores barreras para el éxito.