Políticos y Twitter parecen no llevarse muy bien. De las «meteduras de pata» como el de la líder de UPYD, Rosa Díez, que mientras era entrevistada en un programa de televisión, alguien tuiteaba en su cuenta, al “Que se jodan” de Andrea Fabra.
Es evidente que Twitter y las redes sociales en general se han convertido en un arma de doble filo que les dan más quebraderos de cabeza que beneficios. La vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, en una jornada sobre periodismo, explicaba sus recientes despistes en Twitter como consecuencia de no conseguir “despegarse” de su “doble identidad” ciudadana y política. “De ahí vienen mis problemas”, reconoció.
Y ese es el problema, les queda mucho terreno por explorar y aprender y deberían “ponerse las pilas cuanto antes”, ya que estamos cada vez menos interesados por la política.
La falta de credibilidad, el desengaño sufrido debido a las medidas adoptadas, corrupción, la carencia de sensibilidad como el de la diputada del PP han conseguido que el pueblo este cada vez más quemado, defraudado y distanciado.
Mi opinión es que las redes sociales tendrían que ser aliadas y no enemigas del político, les permiten interactuar hablar de tú a tú con su electorado y con el ciudadano. Una forma de pisar la tierra de nuevo, humanizarse, dejar sus escaños, despachos, coches oficiales y preocuparse por la gente, por su bienestar y sobre todo escuchar lo que les tenemos que decir, sugerir y criticar.
Ya existen plataformas tecnológicas de sobra conocidas, no tienen excusas, ellos y sus equipos debería eliminar la imagen de robot de su perfil social que sólo usan para lanzar mensajes electoralistas y que desaparecen una vez terminado el periodo electoral, quitarse el disfraz la “doble identidad” y comenzar a conversar, responder, crear comunidad… en definitiva hacer política.